Por la presente, yo, Romell Broom, declaro y doy fe de lo siguiente:
1. Estoy interno en el corredor de la muerte en el Estado de Ohio.
2. Mi ejecución estaba prevista para el martes 15 de septiembre de 2009. La ejecución debia llevarse a cabo en la Prisión Sur (Southern Correctional Facility, SOCF), en Lucasville, Ohio.
3. Los funcionarios de prisiones me llevaron de la Penitenciaria del Estado de Ohio a la SOCF, el 14 de septiembre de 2009.
4. Tras mi llegada, vino una enfermera al lugar en el que estaba albergado, la celda J-1. La enfermera llegó, encontró dos venas en mi brazo derecho y mi brazo izquierdo, me ató el brazo y tomó nota de lo que habia encontrado.
5. Después de que viniera la enfermera, los funcionarios de prisiones estuvieron ofreciéndome liquidos todo el tiempo. Yo acepté. Durante ese dia bebi café, Kool-Aid y agua. Tomé siete tazas de café, cinco tazas de agua y tres tazas de Kool-Aid.
6. El 15 de septiembre de 2009, me desperté, me duché y hablé con mi hermano por teléfono. En un momento dado, el jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me contó que uno de los tribunales estaba revisando mi caso y que la ejecución se habia retrasado mientras tanto. Debido a la longitud del retraso, crei que el tribunal iba a aceptar mis argumentos en favor de un recurso.
7. Sin embargo, alrededor de las 14.00, mi abogada me informó de que el tribunal habia rechazado mi apelación y que no quedaban más vias de acción. El Estado iba a seguir adelante con mi ejecución.
8. Cuando estaba en la celda, el funcionario jefe Phillip Kerns entró con varios guardias y me leyó la orden de ejecución. Después entraron dos enfermeros que me dijeron que me tumbase. Uno de los enfermeros era un hombre blanco y la otra una mujer blanca.
9. Habia tres guardias presentes en la habitación. Un guardia estaba a mi derecha, otro a mi izquierda y otro junto a mis pies.
10. Los enfermeros intentaron acceder simultáneamente a las venas de mis brazos. La enfermera intentó en tres ocasiones acceder a las venas en el centro de mi brazo izquierdo. El enfermero intentó en tres ocasiones acceder a las venas en el centro de mi brazo derecho.
11. Después de esos seis intentos, los enfermeros me dijeron que descansara un poco. Segui tendido en la cama durante dos minutos y medio, aproximadamente.
12. Después de la pausa, la enfermera intentó dos veces acceder a las venas de mi brazo izquierdo. Debió de pinchar un músculo porque el dolor me hizo gritar. El enfermero intentó tres veces acceder a las venas de mi brazo derecho. La primera vez, el enfermero consiguió acceder a una vena en mi brazo derecho. Intentó insertar la via intravenosa, pero la perdió y empezó a correrme la sangre por el brazo. La enfermera salió de la habitación. El funcionario de prisiones le preguntó si se encontraba bien. Ella respondió: "No", y se fue.
13. Los funcionarios encargados de la ejecución declararon que aquello era dificil para todos y sugirieron hacer otra pausa. Entonces se fue el enfermero. El funcionario que estaba a mi derecha me tocó en el hombro derecho y me dijo que me relajara mientras descansábamos un momento. A esas alturas, estaba muy dolorido. Las heridas de los pinchazos me dolian y hacian que me fuera dificil estirar o mover los brazos.
14. El enfermero regresó con unas toallas calientes que colocó en su brazo izquierdo. Colocó las toallas sobre mis brazos y masajeó mi brazo izquierdo. Me dijo que las toallas les ayudarian a acceder a las venas.
15. Después de aplicar las toallas, el enfermero intentó acceder a mis venas, una vez en el centro de mi brazo izquierdo y tres veces más en la mano izquierda. Después del tercer intento de acceder a las venas en las manos, el enfermero comentó que el consumo de heroina me habia dañado las venas. Ese comentario me disgustó porque nunca he consumido heroina ni ninguna otra droga intravenosa. Le repliqué al enfermero que nunca le habia dicho que hubiera consumido heroina.
16. El enfermero siguió diciendo que la vena estaba alli pero que no podian cogerla. Intenté colaborar ayudando a atar mi propio brazo. Un funcionario de prisiones se acercó, dio un golpecito en mi mano para indicar que él también veia la vena e intentó ayudar al enfermero a localizarla.
17. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me dijo que iban a hacer otra pausa y volvió a decirme que me relajara.
18. Entonces me descompuse. Empecé a llorar porque me dolia todo y mis brazos estaban inflamándose. Los enfermeros estaban pinchando agujas en zonas que ya estaban inflamadas y con hematomas. Pedi que interrumpieran el proceso y pedi hablar con mi abogada.
19. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me pidió que me sentara para que la sangre circulase mejor. Entonces entró en la habitación la enfermera jefe, una mujer asiática.
20. La enfermera jefe intentó acceder a las venas en mi tobillo derecho. Pidió que alguien le diera "un veinte" y alguien le entregó una aguja. Durante ese intento, la aguja me pinchó en el hueso y fue muy doloroso. Grité. Al mismo tiempo que la enfermera jefe intentaba acceder a una vena en la parte inferior de mi pierna izquierda, el enfermero intentó acceder a una vena en mi tobillo derecho. Después de esos intentos fallidos, la enfermera jefe cogió la aguja y salió de la habitación.
21. El enfermero hizo otros dos intentos de acceder a las venas en mi mano derecha. Parecia que habian desistido ya del brazo izquierdo porque estaba hinchado y lleno de hematomas. El nivel de dolor estaba en el máximo. Me habian pinchado al menos 18 veces en múltiples zonas, todo con la intención de inyectarme unas drogas que iban a quitarme la vida.
22. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución volvió a decirme que me relajara. Hubo conversación entre los funcionarios sobre el hecho de que podian ver las venas.
23. Al cabo de un rato, el director, Terry Collins, entró en la habitación y me dijo que iban a interrumpir la ejecución. Collins indicó que valoraba mi cooperación y que tomaba nota de mis intentos de ayudar al equipo. También expresó su confianza en su equipo de ejecución y su profesionalidad. El director Collins me dijo que iban a llamar al gobernador Strickland para informarle de la situación.
24. Cuando se fueron los enfermeros y el director Collins, los funcionarios me preguntaron si me apetecia un café y un cigarrillo. Yo seguia en la cama con las luces atenuadas.
25. Aproximadamente media hora después, mi abogada, Adele Shank, vino y me dijo que el gobernador habia dictado la orden de aplazar la ejecución una semana. Le hablé a la abogada Shank de mi dolor y le enseñé las zonas que tenian hematomas.
26. Después de que se fuera la abogada Shank, los funcionarios de prisiones me trasladaron al hospital.
27. A la mañana siguiente, mis brazos empezaron a dar más señales de hematomas e inflamación. Cada sitio del brazo en el que se habia hecho un intento mostraba hematomas e inflamación visibles. Algunos de los hematomas de las manos y el tobillo han desaparecido y parte de la inflamación desapareció a lo largo de la tarde siguiente.
28. Todavia hoy, mis brazos tienen grandes hematomas visibles, y siguen estando inflamados. Los múltiples sitios en los que los enfermeros trataron de acceder a mis venas siguen doliéndome.
29. Los funcionarios de prisiones decidieron mantenerme en la SOCF durante la semana de aplazamiento. Durante este tiempo, estoy constantemente bajo observación del equipo encargado de la ejecución y los guardianes.
30. Esperar a ser ejecutado es angustioso. Me produce mucha tensión pensar en que el Estado de Ohio tiene la intención de causarme el mismo dolor fisico la próxima semana.
31. Me veo obligado a recordar constantemente el hecho de que la semana próxima tendré que sufrir la misma tortura que el Estado de Ohio me infligió el martes 15 de septiembre de 2009 , porque no ha habido ningún cambio en el protocolo de ejecución de Ohio y no ha habido ningún cambio en mis venas. El declarante no tiene nada más que decir.
Rommel Broom
Jurado, afirmado y suscrito en mi presencia el 17 de septiembre de 2009.
Marcia Dukes, notaria pública.
(Traducción de Maria Luisa Rodriguez Tapia)
1. Estoy interno en el corredor de la muerte en el Estado de Ohio.
2. Mi ejecución estaba prevista para el martes 15 de septiembre de 2009. La ejecución debia llevarse a cabo en la Prisión Sur (Southern Correctional Facility, SOCF), en Lucasville, Ohio.
3. Los funcionarios de prisiones me llevaron de la Penitenciaria del Estado de Ohio a la SOCF, el 14 de septiembre de 2009.
4. Tras mi llegada, vino una enfermera al lugar en el que estaba albergado, la celda J-1. La enfermera llegó, encontró dos venas en mi brazo derecho y mi brazo izquierdo, me ató el brazo y tomó nota de lo que habia encontrado.
5. Después de que viniera la enfermera, los funcionarios de prisiones estuvieron ofreciéndome liquidos todo el tiempo. Yo acepté. Durante ese dia bebi café, Kool-Aid y agua. Tomé siete tazas de café, cinco tazas de agua y tres tazas de Kool-Aid.
6. El 15 de septiembre de 2009, me desperté, me duché y hablé con mi hermano por teléfono. En un momento dado, el jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me contó que uno de los tribunales estaba revisando mi caso y que la ejecución se habia retrasado mientras tanto. Debido a la longitud del retraso, crei que el tribunal iba a aceptar mis argumentos en favor de un recurso.
7. Sin embargo, alrededor de las 14.00, mi abogada me informó de que el tribunal habia rechazado mi apelación y que no quedaban más vias de acción. El Estado iba a seguir adelante con mi ejecución.
8. Cuando estaba en la celda, el funcionario jefe Phillip Kerns entró con varios guardias y me leyó la orden de ejecución. Después entraron dos enfermeros que me dijeron que me tumbase. Uno de los enfermeros era un hombre blanco y la otra una mujer blanca.
9. Habia tres guardias presentes en la habitación. Un guardia estaba a mi derecha, otro a mi izquierda y otro junto a mis pies.
10. Los enfermeros intentaron acceder simultáneamente a las venas de mis brazos. La enfermera intentó en tres ocasiones acceder a las venas en el centro de mi brazo izquierdo. El enfermero intentó en tres ocasiones acceder a las venas en el centro de mi brazo derecho.
11. Después de esos seis intentos, los enfermeros me dijeron que descansara un poco. Segui tendido en la cama durante dos minutos y medio, aproximadamente.
12. Después de la pausa, la enfermera intentó dos veces acceder a las venas de mi brazo izquierdo. Debió de pinchar un músculo porque el dolor me hizo gritar. El enfermero intentó tres veces acceder a las venas de mi brazo derecho. La primera vez, el enfermero consiguió acceder a una vena en mi brazo derecho. Intentó insertar la via intravenosa, pero la perdió y empezó a correrme la sangre por el brazo. La enfermera salió de la habitación. El funcionario de prisiones le preguntó si se encontraba bien. Ella respondió: "No", y se fue.
13. Los funcionarios encargados de la ejecución declararon que aquello era dificil para todos y sugirieron hacer otra pausa. Entonces se fue el enfermero. El funcionario que estaba a mi derecha me tocó en el hombro derecho y me dijo que me relajara mientras descansábamos un momento. A esas alturas, estaba muy dolorido. Las heridas de los pinchazos me dolian y hacian que me fuera dificil estirar o mover los brazos.
14. El enfermero regresó con unas toallas calientes que colocó en su brazo izquierdo. Colocó las toallas sobre mis brazos y masajeó mi brazo izquierdo. Me dijo que las toallas les ayudarian a acceder a las venas.
15. Después de aplicar las toallas, el enfermero intentó acceder a mis venas, una vez en el centro de mi brazo izquierdo y tres veces más en la mano izquierda. Después del tercer intento de acceder a las venas en las manos, el enfermero comentó que el consumo de heroina me habia dañado las venas. Ese comentario me disgustó porque nunca he consumido heroina ni ninguna otra droga intravenosa. Le repliqué al enfermero que nunca le habia dicho que hubiera consumido heroina.
16. El enfermero siguió diciendo que la vena estaba alli pero que no podian cogerla. Intenté colaborar ayudando a atar mi propio brazo. Un funcionario de prisiones se acercó, dio un golpecito en mi mano para indicar que él también veia la vena e intentó ayudar al enfermero a localizarla.
17. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me dijo que iban a hacer otra pausa y volvió a decirme que me relajara.
18. Entonces me descompuse. Empecé a llorar porque me dolia todo y mis brazos estaban inflamándose. Los enfermeros estaban pinchando agujas en zonas que ya estaban inflamadas y con hematomas. Pedi que interrumpieran el proceso y pedi hablar con mi abogada.
19. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución me pidió que me sentara para que la sangre circulase mejor. Entonces entró en la habitación la enfermera jefe, una mujer asiática.
20. La enfermera jefe intentó acceder a las venas en mi tobillo derecho. Pidió que alguien le diera "un veinte" y alguien le entregó una aguja. Durante ese intento, la aguja me pinchó en el hueso y fue muy doloroso. Grité. Al mismo tiempo que la enfermera jefe intentaba acceder a una vena en la parte inferior de mi pierna izquierda, el enfermero intentó acceder a una vena en mi tobillo derecho. Después de esos intentos fallidos, la enfermera jefe cogió la aguja y salió de la habitación.
21. El enfermero hizo otros dos intentos de acceder a las venas en mi mano derecha. Parecia que habian desistido ya del brazo izquierdo porque estaba hinchado y lleno de hematomas. El nivel de dolor estaba en el máximo. Me habian pinchado al menos 18 veces en múltiples zonas, todo con la intención de inyectarme unas drogas que iban a quitarme la vida.
22. El jefe de los funcionarios encargados de la ejecución volvió a decirme que me relajara. Hubo conversación entre los funcionarios sobre el hecho de que podian ver las venas.
23. Al cabo de un rato, el director, Terry Collins, entró en la habitación y me dijo que iban a interrumpir la ejecución. Collins indicó que valoraba mi cooperación y que tomaba nota de mis intentos de ayudar al equipo. También expresó su confianza en su equipo de ejecución y su profesionalidad. El director Collins me dijo que iban a llamar al gobernador Strickland para informarle de la situación.
24. Cuando se fueron los enfermeros y el director Collins, los funcionarios me preguntaron si me apetecia un café y un cigarrillo. Yo seguia en la cama con las luces atenuadas.
25. Aproximadamente media hora después, mi abogada, Adele Shank, vino y me dijo que el gobernador habia dictado la orden de aplazar la ejecución una semana. Le hablé a la abogada Shank de mi dolor y le enseñé las zonas que tenian hematomas.
26. Después de que se fuera la abogada Shank, los funcionarios de prisiones me trasladaron al hospital.
27. A la mañana siguiente, mis brazos empezaron a dar más señales de hematomas e inflamación. Cada sitio del brazo en el que se habia hecho un intento mostraba hematomas e inflamación visibles. Algunos de los hematomas de las manos y el tobillo han desaparecido y parte de la inflamación desapareció a lo largo de la tarde siguiente.
28. Todavia hoy, mis brazos tienen grandes hematomas visibles, y siguen estando inflamados. Los múltiples sitios en los que los enfermeros trataron de acceder a mis venas siguen doliéndome.
29. Los funcionarios de prisiones decidieron mantenerme en la SOCF durante la semana de aplazamiento. Durante este tiempo, estoy constantemente bajo observación del equipo encargado de la ejecución y los guardianes.
30. Esperar a ser ejecutado es angustioso. Me produce mucha tensión pensar en que el Estado de Ohio tiene la intención de causarme el mismo dolor fisico la próxima semana.
31. Me veo obligado a recordar constantemente el hecho de que la semana próxima tendré que sufrir la misma tortura que el Estado de Ohio me infligió el martes 15 de septiembre de 2009 , porque no ha habido ningún cambio en el protocolo de ejecución de Ohio y no ha habido ningún cambio en mis venas. El declarante no tiene nada más que decir.
Rommel Broom
Jurado, afirmado y suscrito en mi presencia el 17 de septiembre de 2009.
Marcia Dukes, notaria pública.
(Traducción de Maria Luisa Rodriguez Tapia)
Si teneis un poquito de tiempo leerlo.
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