Es la versión demócrata y académica dentro de la nueva ortodoxia académica de las MMA. Un enfoque cabal y sosegado en el que la ciencia de las MMA toma el relevo del espectador emocional y poco avezado de antaño. Se nos explica que los antiguos logros, contextualizados, no eran tales, y la era moderna se erige como juez de la historia. Se habla de estadísticas, de números, se comparan elementos empíricamente con las nuevas herramientas al alcance, y se formulan tesis sobre acontecimientos pasados desde el punto de vista actual, mas sobrio e informado.

Estabamos equivocados, ahora lo sabemos. Los luchadores de antes no fueron precursores, sino lastres en el desarrollo imparable de una disciplina que tardaba en convertirse en un verdadero negocio. Del feudalismo japones al verdadero capitalismo occidental. De la burguesía gremial a la industria popular. Fedor no supo gestionarse una carrera ni como samurai, ni como empresario, pretendió vivir a su obsoleta manera y negar el avance del tiempo. Nos debía algo y nos nos lo dio, jugó a ser dios pero tenía los pies de barro.

Shame on you mofo! Tu mierda se hace mejor ahora.

Se puede haber disfrutado de Pride y de Fedor y perfectamente, a estas alturas, reconocer ciertas cuestiones que en su momento no se veían o no se querían ver por la ilusión de ir descubriendo este deporte en el mismo momento de su desarrollo, cuando todo iba siendo nuevo para luchadores y aficionados.

Pero creo que hoy se pueden criticar ciertos aspectos de la carrera de Fedor que dejan mucho, pero mucho que desear. Por no hablar de evidencias como los récords engordados a lo bestia o el dóping que había, en grado, creo, disparatado. Faltaba que esnifasen rayas entre asalto y asalto. La mayor parte de supercampeones de Pride tuvieron que pasar después por un periodo de transición hasta "encontrarse de nuevo a sí mismos". Y reconozcamos que no todo era la edad o la adaptación a la jaula y nuevas reglas. Que algunos, literalmente, ni podían con su alma en los combates justo después de Pride, con controles más severos (dentro de la relativa severidad que hay con el dóping).

Esto no invalida los muchos aciertos de aquella organización, ni por supuesto todos los buenos momentos que han dado los combates del ruso. Pero creo que en la defensa a ultranza, sin fisuras, de lo que ha hecho Emilianenko, por no desviar el hilo más al asunto Pride, hay mucho de esa percepción al estilo "infantil", de descubrimiento ingenuo que después no hay manera de equilibrar un poco.

Madre mia, Somantapalos en menos de 100 mensajes ha escrito mas palabras que usuarios de 500... ¿Decir? Pues muchas obviedades y criticas camufladas bajo palabreria... pero oiga, que bien queda adornarlo eh? Solo rogar al respetable que nadie siga su ejemplo, que el resumen es un arte bien bonito, claro y conciso.

Besos y almuerzos.